Hoy he tomado una nueva medida: he instaurado la hora de la productividad.
Durante esa hora hay que centrarse en hacer una cosa. No importa si ese día estás haciendo algo o haciendo nada, la hora de la productividad es sagrada.
La idea es centrarse en hacer una sola cosa y avanzar esa cosa lo máximo posible en una hora.
Ningún tipo de distracción está permitida, no importa lo interesante que sea.